Una de las rondas más secretas e inusuales de la diplomacia árabe israelí tuvo lugar durante el verano de 1998, cuando tres particulares norteamericanos, el empresario Ronald Lauder, su ayudante Allen Roth, y el editor de prensa George Nader, hicieron nueve viajes cada uno a Damasco y Jerusalén, intentando garantizar un tratado de paz sirio israelí.
(Di cuenta por completo de estas negociaciones - y la disputa que rodea a lo que el primer ministro israelí Binyamin Netanyahu ofreció exactamente - en "El camino a Damasco: Lo que Netanyahu casi entregó", The New Republic, 5 de julio de 1999; y actualicé hasta la fecha esta historia en una entrada del weblog, "¿Qué es lo que Binyamin Netanyahu estaba preparado para entregar en los Altos del Golán?" 27 de junio del 2004, con adiciones posteriores).
La publicación de las memorias de Dennis Ross, La paz perdida: La historia desde dentro de la lucha por la paz en Oriente Medio (Farrar Straus Giroux) ofrece bastantes detalles novedosos del impacto de esta diplomacia en los meses después de que Netanyahu perdiera el puesto de primer ministro en mayo de 1999 frente a Ehud Barak.
Ross, el veterano diplomático norteamericano para Oriente Medio, toma su relato en lo que parece ser agosto de 1999 (sus memorias dan pocas fechas). Barak y sus colegas, recuerda Ross, expresaban optimismo sobre las negociaciones con el gobierno de Asad, dado que ellos
habían recibido una información convincente de que Asad estaría deseando vivir con poco menos que un compromiso israelí de retirarse a las fronteras del 4 de julio de 1967.
Esa información resultó venir de Ronald Lauder, en forma de "un papel consistente en diez puntos que Lauder decía eran ampliamente acordados con Asad". Ross continúa como si tal acuerdo sí hubiera existido,
Barak incluyó que sería posible moverse rápidamente hacia un acuerdo con Siria. ¿Estaba Asad preparado para "validarlo"?. Tan sólo el Presidente Clinton sería capaz de averiguarlo, y así Barak creyó esencial que Clinton viera a Lauder y determinara por sí mismo si esto era una pista prometedora a seguir. De haberlo sido, habría tenido el beneficio añadido de la cobertura política, porque permitiría a Barak decir a la derecha israelí que él solamente convenía lo que había sido aceptada por Netanyahu.
Lauder entonces se reunió con Clinton. Le dijo al presidente que los gobiernos sirio e israelí "habían llegado a un acuerdo básico sobre todos los temas fronterizos, arreglos de seguridad, paz, y el Líbano". (En contraste, en una declaración publicada en Yedi`ot Aharonot, el 4 de julio del 2004, Lauder declaró que "Ninguno de los documentos que fueron esbozados durante estas conversaciones era oficial, y ningún documento fue aprobado por el primer ministro Netanyahu"). Ross parafrasea a Lauder a efectos de que los dos gobiernos habían condensado su acuerdo
en diez puntos que habrían concluido si no fuera por la insistencia de Asad respecto a revisar los mapas de fronteras y los acuerdos de seguridad y la negativa de Bibi por temor a perder objeciones. Entonces llegó Wye y el acuerdo con los palestinos, según Lauder, y Bibi no tuvo cobertura política para llegar más lejos con la iniciativa.
Ross sacó un mapa y preguntó los detalles. Lauder precisó que "Asad estaba preparado para trazar la frontera en el Mar de Galilea y el río Jordán". Ross preguntó qué significaba "acuerdo básicamente alcanzado" y Lauder contestó que "lo que mostraba estaba acordado con el Presidente en un 99 por ciento [por las dos partes]".
Ese documento (que puede leerse en http://www.imra.org.il/story.php3?id=6061) incluye diez provisiones. Ross resume la segunda de ellas:
Israel se retiraría de las "tierras sirias capturadas en 1967" a "una frontera comúnmente acordada basada en la línea internacional de 1923".
Ross expresó su escepticismo ante el documento de los diez puntos:
Una vez que hube revisado esto, el Presidente me preguntó qué pensaba. Le dije que era "demasiado bueno para ser verdad". Pero ahora entendía por qué Barak y sus colegas creyeron no necesitar confiar en el bolsillo de Rabin y las líneas del 4 de junio. [El "bolsillo" se refiere a la declaración de Yitzhak Rabin a Clinton de que, de satisfacerse las preocupaciones de Israel, se retiraría a las fronteras del 4 de junio de 1967]. En este punto Sandy [Berger] y Madeleine [Albright] se nos unieron, y el presidente les dijo que era escéptico sobre el contenido del documento. ¿Pero creer que Lauder mentía?. Dije, "No, él es sincero y creo que cree todo lo que dice. Pero temo que no es exacto y lo que él considera pequeñas diferencias no son tan pequeñas. Por otra parte, creo que hay algo de optimismo a ultranza aquí". ¿Dónde tuve las mayores dudas?. Sabía que la frontera de 1923 no era un punto de partida por completo para Asad; a los ojos de Asad, esas eran las fronteras coloniales, y él nunca las aceptaría en un documento.
Para sondear el tema más profundamente, Clinton pidió a su personal que se reuniera con Lauder, cosa que hicieron. Ross preguntó a Lauder
que objeciones pensó que Asad pondría al documento. Él dijo que Asad tendría problemas con el lenguaje entre líneas de la presencia israelí en la estación de alerta avanzada - eso era todo. ¿Qué hay de las fronteras de 1923, no las del 4 de junio de 1967?. Para mi sorpresa, insistió en que Asad estaba deacuerdo con esto - y cuando Asad recibiera el documento, veríamos que no era un problema.
Con este documento en la mano, Clinton llamó a Asad:
La respuesta de Asad tendió a reforzar mis dudas. "Es un poco extraño", dijo. Reconoció haber visto a Lauder unas cuantas veces, pero confesó no saber nada de los 10 puntos. Dijo que el esfuerzo con él no había tenido éxito y que había terminado.
Clinton envió el documento que Lauder le había entregado, a Asad (enviado por fax a la atención personal del embajador, al que le fue ordenado que lo entregara sin comentarios a Asad).
Dos días más tarde, Asad respondió, llamando al presidente para decir que Siria no había aceptado este documento, y que no lo haría ahora . El esfuerzo con Lauder había terminado; Asad prefirió trabajar desde el compromiso de Rabin - el "bolsillo" - y que hiciéramos sugerencias a ambas partes.
Ross indica posteriormente que Asad consideraba "un error" haber participado en la ronda diplomática Lauder - Nader.
A pesar de que este esfuerzo inicial había acabado en agua de borrajas, Ross habla acerca de una ronda supersecreta de negociaciones Siria - Israel ("nadie en el Departamento de Estado estaba al tanto de ello" a excepción de su ayudante ejecutivo y la secretario de estado) que él celebró un mes después, en septiembre de 1999. En un punto,
Saqué el papel de Lauder y se lo mostré [a Riad Daoudi, el representante sirio en las negociaciones] con las anotaciones del presidente. Le dije que el presidente se había entusiasmado mucho con los diez puntos, y le recordé el valor de contar con la entusiasta implicación presidencial. La clave para nosotros era coger algunos de estos puntos y construir una estructura en torno a los temas tradicionales de retirada, paz, seguridad, y calendario.
Daoudi miró el documento de 10 puntos,
claramente impresionado con las notas del Presidente al margen. Pero él dijo, "Dennis, he visto estos puntos; pasamos trece horas con ellos y esbozando comentarios, y no reflejan ninguno de nuestros comentarios. Este es el primer borrador que se nos dio, no la versión final" sobre la que sabía que ellos [es decir, los sirios] habían insistido en reemplazar las fronteras del 4 de junio por las líneas de 1923.
A lo que Ross dijo que esto
era muy importante para nosotros saberlo. No obstante, agregué, había puntos legítimos en el documento de Lauder. Ahora teníamos un canal, y debíamos construir sobre él.
Daoudi respondió a esto sin compromiso y las negociaciones terminaron por ese día.
Cuando Barak llamó a Ross, Ross le dijo que era "un descubrimiento muy perturbador" que el borrador que Lauder careciera de cualquiera de los comentarios sirios. Barak
entonces observó que incluso si los puntos de Lauder no eran exactos, Asad había aceptado negociar sobre ellos. Daoudi admitía lo mismo.
Pero a la mañana próxima, Daoudi pidió hablar con Ross a solas.
Dijo que había hablado con el ministro de asuntos exteriores sirio, [Farouk] Shara y que los puntos de Lauder estaban fuera de negociación. Siria exigió una fórmula que fuera explícita sobre el 4 de junio y sobre los "objetivos y principios" también. Este era el punto de partida de una reanudación formal de las negociaciones; nada menor que esto era inaceptable.
A pesar de esta respuesta poco prometedora, Ross dice como
continuó volviendo a la observación de Barak de que el esfuerzo de Lauder había producido un serio toma y daca sobre el papel. Mientras era conducido de vuelta a Zurich para coger un avión a El Cairo, se me ocurrió una idea. Por qué no reconstruir una negociación indirecta sobre un papel como Lauder señala.
Sirios e israelíes aceptaron esta formulación y las negociaciones procedieron sobre esa base.
A mediados de septiembre de 1999, recuerda Ross, Ronald Lauder
envió una carta al Presidente Clinton que incluía un documento de ocho puntos que, según él, incluía los puntos finales sobre los que había habido acuerdo por ambas partes en 1998. Atrás quedó la referencia a la frontera de 1923, reemplazada por una retirada a una frontera comúnmente convenida basada en las líneas del 4 de junio de 1967.
Ross enumera un cierto número de otros elementos que habían cambiado y observa que "las preocupaciones sirias fueron tratadas claramente, pero esto era un documento muy diferente del de los diez puntos que se nos había mostrado". Ross entonces se pregunta:
¿Por qué no se nos - americanos e israelíes por igual - había mostrado este documento?. ¿Por qué sólo habíamos visto el primer borrador israelí en su lugar?. Mi teoría fue que Bibi no quería abandonar la posibilidad de echarse atrás y así pidió a su amigo [Ronald Lauder] que revelara solamente la versión de diez puntos - no esta versión más reciente que reflejaba comentarios sirios. Lo que quiera que motivara la maniobra de Lauder - o la razón para presentar el documento preliminar como versión final - ciertamente había sembrado la confusión. De ahí la "carta aclaratoria" de Lauder al Presidente Clinton que indicaba que Bibi Netanyahu se había comprometido a retirarse a las fronteras del 4 de junio - lo que significa que la posición de Barak respecto a la paz con Siria era menos cercana que la de Netanyahu, al menos en cuanto a lo revelado en el documento de ocho puntos de Lauder.
El humor en las negociaciones cambió precipitadamente con la aparición del documento de ocho puntos:
Mostré al ministro de asuntos exteriores Shara el documento de ocho puntos en Nueva York y confirmó que había sido aceptable para Siria. Pero no era aceptable para Barak. Los puntos que él había visto como ventajosos para Israel ya no estaban.
Las negociaciones siguieron, pero sobre una nueva base, culminando en la reunión de Clinton con Hafiz al-Asad en marzo del 2000. Esa reunión no llegó a nada, no obstante (y el relato de Ross de cómo llegó a suceder esto es fascinante), y no ha habido negociaciones significativas desde entonces.
La pista sirio - israelí tuvo que fracasar en última instancia con Hafiz al-Asad en vida porque estaba aterrorizado por sus implicaciones para su gobierno. Es interesante cómo la ronda diplomática Lauder - Nader, con toda su controversia y confusión, llegó a estar tan cerca de un acuerdo como cualquier otra iniciativa.