Si leyó usted Unequal protection: The status of muslim civil rights in the United States 2005, un informe anual publicado la semana pasada por el Council on American-Islamic Relations (CAIR), sabrá usted cómo empeora la práctica musulmana en América. Específicamente, el número de "crímenes de odio anti-musulmán en Estados Unidos" ha crecido dramáticamente: de 42 casos en el 2002, a 93 casos en el 2003, hasta 141 en el 2004.
Estas noticias incitaron titulares en los principales medios. "Los musulmanes informan de un incremento del 50% en los crímenes de prejuicios", anunciaba el New York Times; "Los crímenes y denuncias que implican a musulmanes al alza", difundía el Washington Post; y "Los musulmanes mencionan un incremento en los crímenes de odio", repetía el Los Angeles Times. Que estos diarios de primera línea trataran el estudio de CAIR como una investigación seria sirvió como relevante aprobación.
Pero CAIR es parte del lobby wahabí, así que (al contrario que los reporteros de los principales medios) pensamos que sería una buena idea examinar de cerca el informe. Examinamos detalladamente algunos "ejemplos de informes de crimen de odio anti-musulmán recibidos por CAIR en el
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CAIR cita el caso del 9 de julio del 2004 de incendio provocado en un supermercado de propiedad musulmana en Everett, Washington. Pero los detectives determinaron rápidamente que Mirza Akram, el gerente del súper, simuló el incendio para evitar cumplir con su calendario de plazos y cobrar una póliza de seguro. Aunque las gamberradas de Akram fueron expuestas hace tiempo como fraude, CAIR continúa enumerando este caso como crimen de odio anti-musulmán.
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CAIR también indica que "un mercado de propiedad musulmana fue reducido a cenizas en Tejas" el 6 de agosto del 2004. Pero ya un mes más después, arrestaron al dueño por pegar fuego a su propio negocio. ¿Por qué incluye CAIR este incidente en su informe?.
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CAIR enumera la demanda de marzo del 2005 presentada por la familia Salmi por el incendio de su furgoneta familiar como ejemplo de denuncia de crimen de odio recibida en el 2004. Sin embargo, el crimen citado en la demanda tuvo lugar en marzo del 2003, CAIR ya informó en el 2003, y no debería haber sido tabulada de nuevo en el informe del 2004.
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CAIR divulga que "una bomba de fabricación casera explotó en el exterior de la mezquita de Champions, en el suburbio de Spring en Houston, Tejas", basando su denuncia en que un testigo informa de que el 4 de junio del 2004, "dos varones blancos" fueron vistos colocando la bomba. Investigamos los incidentes y descubrimos que el departamento del sheriff de Spring no pudo encontrar ningún informe policial acerca de una explosión. Investigaciones posteriores tanto en la mezquita como en un email a CAIR continuaron sin respuesta. Hay escasas pruebas de que ni siquiera ocurriera el crimen.
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CAIR observa que "detectives de Massachusetts investigan aún un incendio de motivación criminal contra el Centro Islámico Al-Baqi de Springfield". Sin embargo, el caso fue clasificado hace mucho como un simple robo, noticia que incluso la propia página web de CAIR ha publicado. Associated Press informó el 21 de enero del 2005 que el fiscal determinó que el incendio fue provocado por adolescentes "que irrumpieron en la mezquita de Al-Baqi para robar dinero y caramelos, provocando después el incendio para ocultar pistas". Los muchachos, aclara, "no estaban motivados por odio hacia los musulmanes".
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CAIR describe lo sucedido a una familia musulmana de Tucson, Arizona: "balazos acribillaron su casa mientras cenaban en octubre del 2004", y dos meses después su furgón fue destrozado y abollado. Pero la única prueba de que cualquiera de los incidentes estuviera motivado por odio a los musulmanes es la propia familia Dehdashti, no la policía. El detective Frank Rovi, del Departamento del Sheriff del Condado de Pima, que llevó la investigación del tiroteo, dijo que según los vecinos, el área desértica pegada a la casa de los Dehdashti era utilizada con frecuencia para prácticas de tiro. Ninguno de los incidentes fue clasificado como crimen de odio, y ambos casos estaban cerrados hacia febrero del 2005, bastante antes de que el informe de CAIR llegara a la prensa.
De veinte "crímenes de odio anti-musulmanes" en el 2004 que describe CAIR, al menos seis son inválidos – e investigaciones posteriores probablemente encontrarían problemas en los otros catorce casos.
Este tampoco es el primer informe no fiable de CAIR; los anteriores fueron igual de malos. Hablando acerca del informe de 1996 de CAIR, el experto en terrorismo Steven Emerson destacaba en testimonio ante el congreso que "se ha descubierto que una enorme proporción de las denuncias han sido fabricadas, creadas, distorsionadas, o definidas [según] estándares ajenos como crímenes de odio". El informe de 1996 incluía la detención de Musa Abú Marzouk, líder de Hamas, y el juicio de Omar Abdul-Rahmán, el jeque ciego y cabecilla del frustrado complot del "Día del Terror" para volar monumentos de New York City.
Incluso más absurdamente, CAIR clasificó como crimen de odio americano el disparo a Ahmed Hamida en Jerusalén el 26 de febrero de 1996, mientras huía tras dirigir su coche contra una multitud de civiles israelíes, matando a uno e hiriendo a otros veintitrés. Uno se pregunta por qué la muerte de un terrorista en Israel podría clasificarse como tema americano; ¿más descuido de CAIR?.
En realidad, muy poco de lo que afirma CAIR se comprueba. La imprecisión significativa de CAIR tiene consecuencias potencialmente enormes. Obsérvese lo sucedido después de que Newsweek divulgara en su edición del 9 de mayo que el Corán había sido profanado en la prisión militar norteamericana de Guantánamo, Cuba. Surgieron protestas en el mundo musulmán, incluyendo manifestaciones que se convirtieron en violentas en Afganistán y costaron la vida al menos a dieciséis personas. Newsweek se retractó de la noticia eventualmente, pero algo tarde. Si las cosas hubieran sucedido de otro modo, el informe erróneo de CAIR habría podido provocar violencia similar.
El personal de CAIR no nos informa de sus motivos para no retractase [de] al menos los incidentes demostrablemente falsos encajados en sus cifras "de odio" infladas, pero podemos pensar en dos motivos: asustar a su distrito electoral, recaudando así más dinero; y poner al público norteamericano a la defensiva, obteniendo así más privilegios para el islam, como la resolución del Senado norteamericano en el 2000 vituperando "la discriminación y el hostigamiento" sufrido por la comunidad musulmana americana.
¿Pero por qué los periodistas divulgan los resultados de la encuesta de CAIR – como si llegara de una fuente sin opiniones parciales, como si los estudios previos hubieran sido fiables, como si sus encuestas fueran científicas, como si no hubiera sido parte de las amenazas contra un disidente musulmán americano, y como si no hubiera protegido la imagen de Osama bin Laden, como si cinco de los miembros del personal y de la junta directiva de CAIR no hubieran estado vinculados al terrorismo, y como si no apareciera mencionada como acusada en una demanda de terror del 11 de Septiembre?.
Uno se pregunta qué les costaría a los viejos medios ignorar la investigación no fiable de CAIR y empezar a investigar en su lugar las palabras de Steven Pomerantz, un ex jefe de la sección de contraterrorismo del FBI, de que las actividades de CAIR "prestan ayuda con eficacia a grupos terroristas internacionales".