Echando la vista atrás, los cinco años desde el 11 de Septiembre han sido como una labor perpetua en la que los americanos debaten acerca de la naturaleza de su enemigo y cómo derrotarlo.
Por el camino, ha habido montones de errores, que varían desde el exsecretario de estado Colin Powell afirmando que el 11 de Septiembre "no debe verse como algo cometido por árabes o islámicos", hasta no permitir que un árabe subiese a un avión porque llevaba una camiseta que mostraba un motivo árabe. Lo que me impresiona, sin embargo, es cómo han mejorado los americanos constante aunque lentamente su comprensión del enemigo, como puede verse en todo, desde la retórica presidencial hasta la seguridad aérea. Gran parte de esta evolución ha sido mejorada - utilizando herramientas existentes de maneras nuevas, preservando viejas leyes, pero aplicándolas en circunstancias nuevas.
He aquí uno de tales ejemplos: Hamid Hayat, un temporero de la fresa de 23 años de edad procedente de Lodi, California, fue procesado en abril del 2006 por proporcionar apoyo material a terroristas asistiendo a un campamento paramilitar de entrenamiento en Pakistán durante 2003-04. En el curso del interrogatorio policial, cuando se le preguntó si alguien más había ido a los campamentos del terror, Hayat señaló a su primo de 18 años americano de nacimiento, Jaber Ismail, diciendo que "él había ido hace algo así como dos años". ¿Fue Jaber al mismo campamento que él? "No estoy seguro, pero diría que fue a un campamento". Hayat modificó más tarde su declaración, diciendo que Ismail y otro pariente "no me hablaron de ir a campamentos ni nada. Pero ya sabe, estoy bastante seguro de que fueron al campamento... porque se sabían de memoria el Santo Corán".
En realidad, Jaber Ismail había vivido en Pakistán durante cuatro años junto con su padre Mohammed, un ciudadano norteamericano de 45 años nacido en Pakistán, su madre y sus dos hermanastros. Como era de esperar, Jaber relata sus años en Pakistán de manera benigna: "estuve memorizando el Corán porque era importante para mi madre". Jaber y Mohammed eran tan próximos a Hayat que le habían colocado como persona de contacto en caso de emergencia en sus pasaportes.
A su vuelta de Pakistán a Lodi el 21 de abril del 2006, la familia Ismail cambió de planes en Hong Kong. Tres miembros de la familia recibieron autorización para continuar, pero Jaber y su padre fueron retenidos, de modo que volvieron a Pakistán. Al intentarlo de nuevo dos semanas después, supieron que, aunque no estaban acusados de ningún cargo, se encontraban en la lista gubernamental americana de vigilancia por terrorismo, y que sólo podrían entrar en Estados Unidos después de recibir "acreditación" por parte de la embajada en Pakistán. Eso significaba someterse a un interrogatorio del FBI y a pruebas de polígrafo, lo que rehusaron hacer.
El 9 de agosto, la Unión Americana de Libertades Civiles presentó una denuncia contra el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) alegando que a los Ismail les habían sido negados sus derechos civiles. La letrada de la ACLU, Julia Harumi Mass, afirma que "Querían venir a casa y tienen todo el derecho a venir a casa. No pueden ser forzados a ceder sus derechos constitucionales bajo amenaza de veto". Michael Barr, director del programa de seguridad e integridad en el transporte aéreo en la Universidad del Sur de California juzga "bastante carente de precedentes" que ciudadanos norteamericanos pasen a ser considerados apátridas de esta manera. Usama Ismail, de 20 años, se queja de que su hermano y padre son tratados "como extranjeros o algo así".
¿Es legal la exclusión de los Ismail?
Con el fin de obtener una lectura de la base legal de los federales, recurrí a William West, ex director de la Sección de Seguridad Nacional de la Oficina de Aduanas e Inmigración de Miami, Florida. "Es una decisión poco frecuente, pero dentro del margen legal", me explica.
"La Sección 215 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad 8 USC 1185 permite 'el control de tránsito' sobre la entrada y salida de los ciudadanos. Los ciudadanos norteamericanos utilizan sus pasaportes exclusivamente dentro de las normas, regulaciones y prescripciones decretadas y decididas por el presidente. Las restricciones de desplazamiento sobre ciudadanos norteamericanos raramente son utilizadas (y normalmente para evitar que sospechosos criminales o de la seguridad nacional huyan). La ley, no obstante, sí permite el control del acceso".
West espera que finalmente "se permita a los Ismail ingresar de vuelta en el país. Pero a corto plazo, el DHS cuenta con base legal para retenerlos".
El DHS no sólo aplicó la ley para escrutar a posibles islamistas peligrosos, sino que sus acciones sugieren un probable logro conceptual, señalando que el gobierno norteamericano ve la "nacionalidad" del Islam radical incompatible con la ciudadanía americana. Así mejoran los americanos y hacen progresos graduales en su guerra contra el terror.