En "Países amenazados de extinción", examino cinco casos de estados que corren peligro de desaparecer – Kuwáit, Bajréin, el Líbano, Jordania e Israel. La causa de Kuwáit queda cerrada por ahora, la israelí es conocida de sobras para entrar aquí, la libanesa y la jordana están suspendidas temporalmente, dejando la bajreiní como el país amenazado clave del momento, el que podría despertar ocupado cualquier día. Esta entrada del weblog seguirá pues su trayectoria.
Por el momento, hasta la reivindicación iraní de Bajréin está extraviada, informa el periódico saudí Arab News:
Irán se puso ayer a desactivar un conflicto con Bajréin, diciendo respetar la soberanía del vecino reino del Golfo, que ha detenido las negociaciones de importación de gas natural con Teherán. "Nuestra posición en lo relativo a Bajréin es clara. Hemos dicho reiteradamente que respetamos la soberanía y la independencia de todos los países vecinos y de la región, especialmente de Bajréin", declaraba el Ministro iraní de Exteriores Hassán Ghashghavi a la cadena pública árabe Al-Alam.
"No tenemos la vista puesta en ningún país. Es una polémica generada por los medios. Nateq Nuri no se refería a Bajréin", decía Ghashghavi en su intervención en Al-Alam. "En su discurso de Mashhad habló de los logros de la revolución islámica y los comparaba con la era de la odiada monarquía. No habló en absoluto de cuestiones globales, regionales ni políticas".
El 11 de febrero, un día después de la intervención de Nateq Nuri, el periódico iraní Jorasán le citaba diciendo en su intervención que "con Mohammed Reza Pajlavi, este monarca inútil, una de nuestras provincias convertida ahora en un país llamado Bajréin nos fue arrebatada. En tiempos Bajréin era nuestra decimocuarta provincia y tenía representante parlamentario". (20 de febrero de 2009)
Bajréin se ha quejado con contundencia de las recientes declaraciones de Alí Ajber Nateq Nuri, destacado líder conservador y miembro del consejo iraní de conveniencia moral — máxima instancia de resolución de conflictos de competencias — en las que manifestaba que el reino del Golfo solía ser la decimocuarta provincia y tenía un representante en su Parlamento.
(20 de febrero de 2009)
2 de marzo de 2009: En contraste, el Centro israelí de Inteligencia e Información del Terrorismo recoge que durante el último mes la situación irano-bajreiní volvió a caldearse:
A mediados de febrero de 2009, Alí Ajbar Nateq Nouri, supervisor y asesor del Líder Supremo Jamenei, decía que antes de que Bajréin se independizara en 1970, era la decimocuarta provincia de Irán y hasta estaba representada en el parlamento iraní (el Majlis). Sus declaraciones suscitaron reacciones airadas en Bajréin y condujeron a otra crisis en las relaciones irano-bajreiníes, que desde entonces se habían calmado. El episodio plasma las tensiones entre Irán y el mundo árabe, su polarización étnica (evidente en la estructura social de Bajréin) y sus problemas de personalidad – iraní y persa, sunita y chiíta – cuestiones apremiantes todas en la agenda de Oriente Próximo como la volátil confrontación palestino israelí.
6 de octubre de 2011: La edición europea del Wall Street Journal publica un importante artículo de "Las ambiciones bajreiníes de Irán" firmado por Mitchell A. Belfer, editor del Central European Journal of International and Security Studies. Belfer sostiene que "Bajréin es víctima del largo paréntesis de intrigas e interferencias encaminadas a reemplazar el régimen del moderado y modernizador Jalifa con una teocracia a las órdenes de Teherán". Recoge
los sustanciales precedentes de Teherán a la hora de alterar la estabilidad nacional de Bajréin. Desde la revolución iraní de 1979, los líderes del país han dado por sentado que su revolución representa las aspiraciones de los chiítas de todo Oriente Medio. Es la razón de que vengan trabajando para minar la legitimidad de la familia sunita Jalifa en Bajréin a base de promover una ideología de inversión en el poder chiíta. Cuando el asesor del Gran Ayatolá Alí Jamenei Nateq Nuri reivindicó Bajréin como "la decimocuarta provincia de Irán" en 2009, no hacía sino reformular la desgastada retórica de la revolución acaecida 30 años antes.
Hoy existe un intimidador desequilibrio de poderes entre Irán y Bajréin. Las filas iraníes en activo alcanzan los 510.000 efectivos — casi las dos terceras partes de la población de Bajréin entera. Bajréin no tendría mucho de qué preocuparse si Irán se contentara simplemente con montar números y verter amenazas. Pero durante los 30 últimos años, Teherán ha dado pasos concretos para desestabilizar y deslegitimar a la cúpula de Bajréin, tanto directamente como a través de satélites.
El artículo documenta a continuación esos 30 años de desestabilización clandestina. Belfer concluye:
Treinta años de intransigencia sacan a la luz el grado de la determinación de Teherán a la hora de convertir Bajréin en un satélite iraní. De forma que las intrigas de Irán durante las protestas de este año deberían haber hecho que la comunidad internacional acudiera rápidamente a apoyar a Bajréin, no a condenarlo al ostracismo.