La reciente marcha de Mohamed Mursi como presidente de Egipto invita a hacer comparaciones con su homólogo turco, el Primer Ministro Recep Tayyip Erdoğán. Sus carreras al frente de la administración mantienen importantes diferencias:
- La sorprendente indiferencia económica de Mursi frente a la muy impresionante gestión económica de Erdoğán.
- Imponer costumbres islámicas de forma rápida y general en cuestión de un año frente a implantarlas lentamente y poco a poco a lo largo de una década.
- Suscitar la protesta política más multitudinaria de la historia de la humanidad frente a ganar tres elecciones con porcentajes del voto sucesivamente mayores.
- Ponerse en contra a las coaliciones antidemocráticas de influyentes frente a alinearse pacientemente con ellas.
- Ser expulsado de la administración por el ejército frente a sacar de la política al ejército.
En resumen, Mursi es de incompetente lo que Erdoğán competente.
Diferencias aparte, Erdoğán y Mursi, admiradores mutuos, comparten dos rasgos clave: desean que sus países se rijan por la sharía, la ley del islam, y manifiestan una vena autocrática, faceta que ayudó a tumbar a Mursi y que bien puede arruinar la carrera de Erdoğán.
Lo que hace preguntarme: ¿Son simple coincidencia sus airadas explosiones antidemocráticas contra la disidencia? ¿Es reflejo del rasgo dictatorial de sus formaciones políticas (las diversas formaciones de Necmettín Erbakán y la Hermandad Musulmana, respectivamente)? ¿O expone a la luz algo inherente al propio programa islamista?
Gülen, Erdoğán, Gül. |
Añadido 21 de julio de 2013: Kadri Gürsel, del periódico Milliyet, no pierde de vista a Gül, al que compara con Erdoğán de la forma siguiente:
Antes de la explosión social del 31 de mayo, con un discurso que adoptó de forma consciente, Gül se posicionó en un enfoque positivo de la percepción negativa de las políticas de Erdoğán. Pero Gül siempre ha tenido cuidado de no herir las sensibilidades del electorado conservador del AKP.
En la misma medida que se desvió Erdoğán de la perspectiva de ingreso en la Unión Europea, Gül ponía el acento en la relevancia de la Unión para Turquía. En contra de las prácticas que limitan la libertad de prensa en Turquía, Gül defendía la libertad de prensa. Recordemos que Gül había puesto reparos a algunas de las iniciativas antidemocráticas de Erdoğán. Por ejemplo, antes del proceso de paz con los kurdos del pasado noviembre — mientras Erdoğán hablaba de resolver la inmunidad de nueve parlamentarios de la formación pro-kurda Partido Paz y Democracia — Gül se le opuso diciendo que había que evitar un círculo vicioso.
El 1 de junio, Gül intervino con un enfoque conciliador y tranquilizador frente a la opresiva postura de uso desproporcionado de las fuerzas del orden por parte de Erdoğán. No fue coincidencia que los efectivos policiales se retiraran de la plaza Taksim el 1 de junio, tras el encuentro de Gül con Erdoğán y otros funcionarios del Estado. El 2 de junio — después de que Erdoğán se marchara de visita al Magreb — Gül, en una alocución dirigida claramente a los manifestantes, decía: "Democracia no significa solamente elecciones. Recibimos mensajes con buena intención. Cuando llegue el momento, se tomarán las medidas necesarias".
Existe una diferencia narrativa elemental entre Erdoğán y Gül. En la medida en que Erdoğán se aferra al discurso polarizante, extremista e irresponsable, Gül queda como moderado, sensato y unificador. Existe una diferencia más: Con sus políticas e intervenciones hasta la fecha, Erdoğán deja claro que no presta ninguna atención a la percepción de legitimidad del elector que no vota al AKP. Gül, sin embargo, respeta la legitimidad de los que no votan al AKP.