¿Están en lo cierto los críticos de Israel? ¿La "ocupación" del West Bank y Gaza causa el antisemitismo de los palestinos árabes, sus fábricas de suicidas y su terrorismo? ¿Y es verdad que estos horrores sólo terminarán cuando los civiles y las tropas israelíes abandonen los territorios?
La respuesta está próxima. Comenzando el 15 de agosto, el gobierno israelí desahuciará a cerca de 8000 israelíes de Gaza y entregará su tierra a la Autoridad Palestina. Además de ser un suceso único en la historia moderna (ninguna otra democracia ha erradicado por la fuerza de sus hogares legales a miles de sus propios ciudadanos de una religión), también supone un experimento de sociología poco común y directo.
Nos encontramos ante una encrucijada interpretativa. Si los críticos de Israel están en los cierto, la retirada de Gaza mejorará las actitudes palestinas hacia Israel, conduciendo al final de la incitación y a un acusado descenso en las intentonas de violencia, seguido de la renovación de las negociaciones y un acuerdo total. La lógica dicta, después de todo, que si "la ocupación" es el problema, ponerle fin, incluso parcialmente, llevará a una solución.
Pero yo pronostico un resultado muy distinto. Dado que cerca del 80% de los palestinos árabes continúan rechazando la simple existencia de Israel, las señales de debilidad israelí, tales como la próxima retirada de Gaza, inspirarán en su lugar un irredentismo palestino incrementado. Arrebatando su nuevo regalo sin gratitud, los árabes palestinos se centrarán en los territorios de los que los israelíes no hayan sido vaciados. (Esto es lo que sucedió después de que las fuerzas israelíes abandonasen el Líbano). La retirada no inspirará cortesía, sino un renovado regocijo de rechazo, un mayor frenesí de cólera antisionista, y una oleada de violencia anti-Israel.
Los propios árabes palestinos lo afirman así abiertamente. Una figura relevante de Hamas en Gaza, Ahmed al-Bahar, dice, "Israel nunca ha estado en un estado tal de retirada y debilidad como hoy tras más de cuatro años de intifada. Los heroicos ataques de Hamas expusieron la debilidad y la volatilidad del imponente estamento de seguridad sionista. La retirada marca el fin del sueño sionista y es señal del declive moral y psicológico del estado judío. Creemos que la resistencia es el único modo de sacar a los judíos".
Un portavoz de Hamas, Sami Abú Zuhri, afirma igualmente que la retirada "se debe a las operaciones de resistencia palestinas… y continuaremos nuestra resistencia".
Otros son más específicos. En una congregación masiva en la ciudad de Gaza el pasado jueves, cerca de 10.000 árabes palestinos bailaron, cantaron y corearon, "Gaza hoy, Jerusalén mañana". El comandante de los Comités de Resistencia Popular de Gaza, Jamal Abú Samhadaneh, anunció el domingo, "desplazaremos nuestras células al West Bank" y advirtió "La retirada no estará completa sin el West Bank y Jerusalén". El Ahmed Qurei de la Autoridad Palestina también afirma, "nuestra marcha sólo se detendrá en Jerusalén".
Las intenciones árabes palestinas preocupan hasta a los izquierdistas israelíes. Un especialista del Ha'aretz en temas árabes, Danny Rubinstein, observa que el Primer Ministro decidió abandonar Gaza sólo después de que la carnicería anti-Israel hubiera escalado allí. "Incluso si estos ataques no fueron el motivo por el que a Sharon se le ocurrió la idea de la desconexión, los palestinos están seguros de que ése es el caso, y esto ha reforzado su creencia de que Israel sólo comprende en lenguaje de la violencia y los ataques de terror".
Israel National News ha recogido otros comentarios de izquierdistas.
- Un ex ministro de justicia y ex presidente del Partido Yahad / Meretz, Yossi Beilín: "Existe un peligro concreto de que después de la desconexión, la violencia se incremente enormemente en el West Bank para lograr lo mismo que se logró en Gaza".
- Un ex ministro de exteriores del Partido Laborista, Shlomo Ben-Amí: "Una retirada unilateral perpetúa la imagen de Israel como un país que sale corriendo bajo presión… En Fatah y Hamas, se asumirá que tienen que preparar su tercera intifada - esta vez dentro [del West Bank]".
- Un ex General del Servicio de Seguridad, Ami Ayalón: "La retirada sin nada a cambio va a ser interpretada obligatoriamente por algunos de los palestinos como rendición… Hay enormes probabilidades de que poco después de la desconexión, la violencia se renueve".
- Un ex comandante de las fuerzas aéreas, Eitán Ben-Eliyahu: "No existe posibilidad de que la desconexión garantice estabilidad a largo plazo. En su forma actual, el plan sólo lleva a una renovación del terrorismo".
Los acontecimientos, predigo, demostrarán que los críticos de Israel estaban completamente equivocados, pero no aprenderán lección alguna. Desentendidos de los hechos, exigirán mayores retiradas israelíes. El accidente en solitario de Israel abre el camino tristemente a más desastres.