¿Puedo resucitar una idea que llevo mostrando discretamente desde abril del 2003 mientras la política de la coalición entra en crisis? Ofrece un modo de salir del actual debate de si "mantener el curso" (como viene defendiendo el Presidente George W. Bush desde hace tiempo) o retirar las tropas según un calendario breve (como exigen sus críticos). Mi solución divide equitativamente la diferencia, "Mantener el curso – pero cambiar el curso".
Sugiero sacar las fuerzas de la coalición de las zonas habitadas de Irak y redesplegarlas en el desierto.
De esta manera, las tropas permanecen indefinidamente en Irak al tiempo que se las retira de la carnicería urbana. Permite que las tropas encabezadas por Estados Unidos lleven a cabo tareas esenciales (proteger las fronteras, mantener fluyendo el petróleo y el gas, asegurarse de que ninguna monstruosidad de estilo Saddam toma el poder) al tiempo que pone fin a su trabajo no esencial (mantener el orden en la calle, proteger sus propios barracones).
Más allá de estos datos específicos, tal redespliegue de tropas implicaría un cambio profundo y mejorado del curso. Significa:
-
Dejar que los iraquíes gobiernen Irak: les deseo a los iraquíes lo mejor, pero entiendo que ellos son responsables de su propio país. O, en palabras de un titular del Times (Londres), "Bush a los iraquíes: vosotros tomáis el control". La coalición puede ayudar, pero los iraquíes son adultos, no menores bajo tutela, y necesitan asumir la responsabilidad de su país, desde la seguridad interna a redactar su constitución, con toda la urgencia debida.
-
Ver la violencia en Irak como un problema iraquí: la violencia constante hoy al borde de la guerra civil es una tragedia humanitaria, pero no estratégica, un problema iraquí, no de la coalición. La coalición debe darse cuenta de que no tiene más responsabilidad de mantener la paz entre iraquíes de la que tiene entre somalíes y liberianos.
-
Poner fin de una vez por todas al mamotreto de embajada norteamericana en Bagdad: la "Zona Verde" de creación americana en Bagdad ya es demasiado inefable, pero ahora hay trabajos en marcha para levantar la mayor embajada de la historia de la humanidad, una fortaleza de 4000 empleados en el corazón de Bagdad, que empeorará significativamente las cosas. Su insalvable centralidad se pondrá a los iraquíes en contra durante los próximos años o décadas, al tiempo que ofrece incluso un objetivo vulnerable para enemigos portadores de misiles. Programada para abrir en junio del 2007, este complejo pantagruélico debería ser devuelto a los iraquíes, los más de mil millones de dólares empleados en ello reconocidos como un error de guerra, y construirse en su lugar una embajada nueva de tamaño normal.
-
Poner fin al trato indulgente: la directiva inepta, corrupta e islamista de Bagdad desacredita la integridad de la administración Bush; del otro extremo, su abrazo por parte de Washington les hace parecer depravados. Otras instituciones iraquíes – mi queja particular es la Orquesta Sinfónica Nacional en Bagdad – también sufren el abrazo condescendiente de los políticos americanos. La sensibilidad musulmana hacia el gobierno por parte de no musulmanes convierte esto en ofensas irritantes.
-
Reducir la ambición de la coalición para Irak: desde el principio, "Operación Libertad Iraquí" fue demasiado ambicioso y demasiado distante desde los intereses americanos ("Operación Seguridad de la Coalición" habría sido un apelativo mejor). Se abandona el objetivo imposible de un Irak libre, democrático y próspero, una inspiración para la región, y se acepta en su lugar un Irak estable y decente, uno donde las condiciones sean comparables a las de Egipto o Túnez.
La situación en Irak se ha convertido en una fuente de profundo antagonismo nacional en los países de la coalición, especialmente Estados Unidos y Gran Bretaña, pero puede refinarse observando que las divisiones allí realmente son bastante menores, y después ajustando los medios y los objetivos según esta premisa. ¿Alberga usted, estimado lector no iraquí, una profunda susceptibilidad con respecto al futuro de Irak? Sospecho con bastante seguridad que no.
Los iraquíes quieren la posesión de su país; y la gente de los países que aportan las tropas que sirven en Irak se han cansado del esfuerzo sin esperanzas de transformarlo en algo mejor de lo que es. Ambas aspiraciones pueden satisfacerse redesplegando las fuerzas de la coalición al desierto, donde pueden centrarse en las tareas esenciales de mantener la integridad territorial de Irak, mantener fluyendo los combustibles fósiles, y evitar desastres humanitarios.
La idea de que cuando Estados Unidos protege sus intereses invadiendo un país tiene entonces la obligación moral de rehabilitarlo se ha desarrollado desde la Segunda Guerra mundial. Esta premisa de "El ratón que bramaba" o "La norma del lo rompes y lo pagas" es errónea y necesita ser reevaluada. Sí, hay momentos y lugares en los que la rehabilitación es apropiada, pero esto necesita decidirse sobre una base caso por caso, teniendo en mente estrictamente la factibilidad y los intereses americanos. Irak – un país endémicamente violento – suspende en ambas consideraciones.